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Plena naturaleza

El clima mediterráneo de transición a continental, templado, seco y soleado que predomina en el Principado durante los meses de mayo a agosto, hacen de las montañas andorranas el mejor escenario para disfrutar del turismo verde y de la aventura. A partir de primavera y hasta otoño hay muchas propuestas para descubrir los parajes más bellos e inhóspitos del país de los Pirineos.

Andorra, el país de la nieve

Andorra dispone de la superficie esquiable más grande de los Pirineos. Grandvalira (el Pas de la Casa–Grau Roig y Soldeu-El Tarter) y Vallnord (Ordino–Arcalís y Pal–Arinsal Mountain Park), las dos estaciones de esquí alpino asociadas a Ski Andorra, suman 3.075 hectáreas de área esquiable, 282 km. de pistas, 106 remontes y 1.417 cañones de nieve artificial. Esta oferta, junto a la del Campo de nieve de la Rabassa y la de Esquí Parador Canaro, convierten Andorra en el país de la nieve.

Más información sobre el esqui en Andorra

Aventura y multidiversión

Circuitos de BTT y BDD (bicicletas de descenso) Andorra es el país de la aventura y de la multidiversión por excelencia. En verano, las estaciones de montaña de Grandvalira, Naturlandia-La Rabassa y Vallnord ofrecen un amplio abanico de actividades para disfrutar al aire libre y descubrir sensaciones. Circuitos de BTT y BDD (bicicletas de descenso), salidas en quads, vías ferratas y rocódromos para hacer escalada, Descenso de barrancos, equitación, karts, jumping, helibike o vuelos libres son algunas de estas actividades.

Itinerarios interpretativos y de naturaleza

Ordino–Arcalís, Naturlandia–La Rabassa (Sant Julià de Lòria) y Canillo ofrecen itinerarios interpretativos y de aventura para iniciarse en el mundo de la orientación. Los más pequeños tienen su espacio en el Centro de Interpretación de la Naturaleza de Ordino, el taller de educación medio ambiental que cuenta con el apoyo de la UNESCO.

Disfrutar de un paseo a lomos de un caballo o practicar la bicicleta de montaña (BTT) son otras opciones. Esta última, es una modalidad deportiva bastante reciente, ideal para descubrir los caminos y las rutas que se esconden en los valles de Andorra.

Algunas de las excursiones más populares son las del valle del Madriu, el valle de Incles, los lagos de Pessons y de Tristaina o el pico del Coma Pedrosa y Casamanya.

Por su parte, los teleféricos de Soldeu, Encamp y Arinsal o los remontes de Grandvalira y Vallnord ofrecen paisajes de excepción.

Practicar la pesca

Practicar la pesca en Andorra Otra de las propuestas es la pesca, que se puede practicar a mediados de abril y hasta finales de septiembre en los ríos andorranos de alta montaña y en los lagos. Una oportunidad única para realizar una actividad relajante al aire libre, a la vez que descubres la riqueza de la montaña desde una perspectiva distinta.

Los caminos GR

El Principado dispone de una extensa red de caminos y senderos para realizar a pié, en bicicleta o a caballo. Una manera más sana de hacer turismo.

El GRP1, por ejemplo, recorre todo el país, sale de Sant Julià de Lòria, sigue por la Rabassa, por el Pas de la Casa y Arcalís y finaliza en el pueblo de la Massana. El GR7, que pasa por Juberri (Sant Julià de Lòria), y el GR11, que se dirige hacia Arinsal, recorren desde la frontera francesa hasta la española y, en cada paso, ofrecen espectaculares vistas de los Pirineos.

Los refugios en Andorra

Aunque están abiertos durante todo el año, es a partir del mes de mayo y hasta septiembre cuando se llevan a cabo los servicios de limpieza y mantenimiento de los refugios andorranos. Conocerlos todos –hay un total de 27– es otra de las posibilidades en el Principado de Andorra durante los meses de verano. Si bien la mayoría tienen capacidad para 6 ó 10 personas, el Refugio de Coma Pedrosa (la Massana) tiene espacio suficiente para 60 plazas. Es uno de los más importantes de los Pirineos y está abierto y vigilado desde mediados de junio hasta septiembre. En la Massana hay el Natur Refugi Cortals de Sispony con un total de 60 plazas, el refugio del Pla de l’Estany y el de Les Fonts con capacidad para entre 4 y 6 persones. Otros refugios destacados son los de Canillo, como el de Juclar, con 50 plazas; el refugio de Cabana Sorda, con 20 plazas; los refugios cabañas de Siscaró o de la Vall del Riu para entre 10 y 14 personas; o el de Cóms de Jan con capacidad para 10 plazas.

En Encamp se encuentra el refugio de l’Illa, que puede acoger entre 40 y 65 plazas; el de Ensagents, para 14 personas; el de Montmalús, para 8 y 12 plazas y, el más pequeño del Principado: el del Pla de les Pedres, para tan sólo 5 personas. Más allá, el refugio de Sorteny, con capacidad para 30 plazas; el de Coma Obaga, para 15; el de la Angonella, para 6, y el de Rialp que puede alojar entre 4 y 6 personas, son algunos de los refugios que hay en el valle de Ordino.

En Andorra la Vella también hay el refugio de Claror para un total de 20 personas; el refugio de Perafita y el de Prat Primer, con capacidad para 4 ó 6 personas. Por su parte, en Escaldes-Engordany está el refugio de Fontverd, con un total de 14 plazas, y el refugio Riu dels Orris. Y, finalmente, en Sant Julià de Lòria destaca el refugio Roca de Pimes y el Francolí con espacio para 4 y 6 personas.

Algunos consejos sobre los refugios

Iglesias románicas abiertas al público

Finalmente, cabe destacar que durante los meses de verano, los ayuntamientos andorranos ofrecen servicios de guia para visitar las iglesias románicas que hay en el Principado de Andorra.