Es la capital del principado de Andorra y la población mas importante de los valles andorranos.
Forma la quinta parroquia de Andorra y esta situada al amparo de la sierra de Enclar. Ocupa el centro de un hermoso y ubérrimo valle y frente a la ciudad se yergue el Pico de Can Ramonet. La palabra Vella tenia antiguamente el significado de ciudad y provenía del vocablo Vela. Andorra la Vella quiere decir, por consiguiente, Andorra la ciudad y no Andorra le Vieja como equivocadamente se ha venido sosteniendo. La palabra Vella aplicada a la capital del principado tiene la misión de diferenciarla del resto del país.
La estructura urbana de Andorra la Vella conserva no pocos rasgos medievales que contrastan con la modernidad de sus diversos establecimientos comerciales.
La capital andorrana es la ciudad mas alta de Europa esta emplazada a 1029 m de altitud y desde la estratégica situación que ocupa se divisa el sugestivo paisaje de la amplia planicie regada por las aguas del Valira, cerca del punto en el que se unen los caudales de los tres ríos andorranos mas importantes.
La personalidad urbana y humana de Andorra la Vella se ha ido sedimentando a lo largo de varios siglos de independencia y el devenir histórico, unido al cosmopolitismo que caracteriza la vida de la capital, han perfilado con irrepetibles rasgos la fisonomía de la capital andorrana.
La Avinguda de Meritxell es la arteria principal de Andorra la Vella y se caracteriza por su gran vitalidad comercial. A lo largo de la misma aparecen, sin solución de continuidad, los mas dispares establecimientos comerciales, con los escaparates rebosando de artículos procedentes de distintos países desde máquinas de fotografiar hasta tabaco habano o filipino y encendedores de las marcas mas prestigiosas del mundo, pasando por aparatos de óptica y electrónica, radios, televisores, licores, vino ..., lujosas Boutiques en las que se exponen prendas de ultima moda, restaurantes, cafeterías y hoteles.
La Avinguda de Meritxell constituye una incitación constante para el turista, antes cuyos ojos aparece todo lo que puede estimular sus gustos y empujarle a la compra. La animación de esta arteria andorrana no decae a ninguna hora del día. Sus aceras están siempre llenas de gente contemplando los escaparates o paseando demoradamente. La prisa es algo que no tiene cabida en la Avinguda de Meritxell.
En el barrio del Pui se encuentran la mayor parte de los mas importantes organismos e instituciones del principado.
Un lugar muy sugestivos es la bella plaza del Bisbe Benlloch. Pero la verdad es que toda la capital seduce por su atractivo urbano, con sus evocadores rincones, sus calles y plazas impregnadas de tipismo y la posibilidad de contemplar desde cualquier ángulo urbano la impresionante majestad de la montaña con la nieve casi siempre engalanando las cumbres, el paradisiaco verdor del valle sobre el que se asienta Andorra la Vella o el rumoroso e incesante paso de las aguas del rió ...
Todo la capital constituye en realidad un singular monumento. Hay, no obstante, algunos monumentos concretos que merecen una espacial mención por su importancia histórica y artística y por la proyección que tienen sobre la vida ciudadana. Entre ellos figura la llamada Casa de la Vall, ubicada al final de una calle que arranca de la plaza del Bisbe Benlloch. Es una antigua casa pairal (solariega), que fue propiedad particular hasta 1580 y, desde entonces, paso a pertenecer al Consejo de los Valles. El edificio tiene aspecto de antigua fortaleza. Ha sido restaurado, pero conserva su perfil arquitectónico medieval. En el interior de la Casa de la Vall destacan la Sala del Consell General, la sala-museo y la cocina típica. Otro monumento interesante es la capilla de Sant Ermengol, que se comunica con la sala de consejos. También ofrece indudable interés la iglesia de Sant Esteve.
En este espacio dedicado a las exposiciones de arte han expuesto artistas internacionales representativos de diferentes movimientos, como Adami, Alechinsky, Brossa, Hopper, Chagall, Dietman, Di Rosa, Gordillo, Gorky, Oppenheim, Tabuchi, Tàpies, Vasarely, Vieira da Silva, entre otros. En la sala de exposiciones se realizan visitas comentadas con la finalidad de dar a conocer al gran público de manera entendible diversas manifestaciones y aspectos del arte. Tratar la obra de diferentes artistas de manera individual permite profundizar en el conocimiento del autor, en el proceso creador y en los movimientos artísticos más representativos de nuestra época.
La casa fue construida en el año 1580, según la fecha que figura en la piedra clave de la puerta de entrada. Pertenecía a la familia Busquets y fue adquirida, en el año 1702, por el Consejo General. El edificio es de planta cuadrangular y los espacios interiores se distribuyen en tres crujías, siguiendo la tipología de las masías señoriales catalanas. La inestabilidad social de finales del siglo XVI y los condicionamientos de distinción social explican la existencia de los distintos elementos de defensa (tronera, torre y matacanes).
En el año 1962, la casa se somete a una profunda restauración durante la cual se retira el enlucido exterior y se añade una nueva tronera, simétrica al original. En la fachada principal, encima de la puerta de acceso al edificio, permanece el escudo actual de Andorra, colocado en el 1763. En un lado se halla el antiguo escudo, posterior al siglo XIV
En los jardines se encuentra el palomar de torre, una pila bautismal procedente de la iglesia de Sant Julià de Lòria y una cruz de término de La Massana. También se pueden ver distintas esculturas conmemorativas como la de Josep Viladomat, dedicada a la Nueva Reforma de 1866; la del escultor italiano Luigi Terruggi, que conmemora el 7° centenario de la firma del primer Pariatge, y la más reciente, de Emili Armengol, como testigo de la proclamación de la Constitución en el año 1993.
Es un edificio que conserva una parte de lo que fue el templo románico. El resto de la obra es el resultado de modificaciones y ampliaciones, las más importantes de las cuales fueron hechas en el siglo XX. En el año 1940, el arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch hizo el proyecto de remodelación del campanario y de la entrada lateral actual. En el interior encontramos una viga delantera de un baldaquín suspendido del siglo XII y dos retablos, uno dedicado a Santa Lucía, del siglo XVII, y el otro a San Juan Bautista, del siglo XVIII.
El belga Paul van Hoeydonk consiguió que una de sus obras -Astronauta caído- viajara en el Apolo 15 y fuera depositada sobre la superficie de la luna. Más cerca, en Andorra, en un entorno plenamente urbano, a dos pasos de la sede del Gobierno, en el interior del edificio de Prada Casadet, el artista nos propone un impresionante robot hecho con piezas de bronce, como de maquinaria desguazada, colgado sobre nuestras cabezas insignificantes.